¿Y si nos callamos? Y si, por unos días dejamos de hablar de lo que pasó el 2 de junio.
No, no me refiero a atentar contra la libertad de expresión.
No, no me refiero a interrumpir lo que se está haciendo en los canales legales en torno a la sobrerepresentación en las cámaras, a las impugnaciones, a la cancha dispareja o a la revisión de casillas.
Ese es el proceso electoral y democrático. Dudo cambie mucho las cosas pero se vale y se debe
Pero ¿y si nos callamos?
Y si, por unos días, dejamos de dar explicaciones, dejamos de dar justificaciones.
Que es esto… que fue por el otro… que hay una teoría que dice… que las estadísticas decían… que las encuestas… que el consenso de analistas opinaba…que será el sereno.
No habían pasado 10 minutos desde que el INE anunciara el resultado electoral (es más, desde antes, cuando las televisoras se adelantaron) que todo mundo ya tenia una explicación doctorada colegiada y absoluta de porque había pasado lo que había pasado.
Y me incluyo. Y me arrepiento.
Me recuerda el típico chiste: Los economistas pasan la mitad de se tiempo prediciendo lo que va a pasar, y la mitad de su tiempo justificando por qué no pasó.
Igual los analistas políticos. Los encumbrados y los de buró. Los de los medios y los de las redes sociales.
Ya sabemos. Ya analizamos. Ya sabíamos. Ya hicimos una regresión econométrica que confirma la posibilidad estadística.
Explicación no pedida, a veces, muestra de ignorancia manifiesta.
A veces se vale decir: no sé. Nos sorprendió. No la veíamos venir… Déjenme pensar, analizar a fondo, aterrizar las cosas.
Lo que es más (y peor) es que en menos de 24 horas ya habían soluciones en la mesa.
Quiten a este, muévanle aquí, meneénle allá. Hay que, hay que, hay que.
Los hay ques generalmente en tercera persona del singular o plural. El/ella/ellos/ellas tienen que. Nunca en primera persona.
Me impresiona (y asusta) la velocidad del diagnóstico. Nadie hace un análisis sesudo de una situación tan compleja y avasalladora en tan poco tiempo.
Nadie.
Y, ojo, no es que nos falten analistas y politólogos inteligentes y doctorados.
Nos sobran.
A lo mejor nos faltan expertos empáticos con las circunstancias y humildes en su conocimiento,
Y me incluyo.
Parafraseando a de Guillermo Arriaga, a los analistas nos sobra mundo pero nos falta calle.
¿Y si nos callamos y salimos a la calle a ver que pasa AHI? No en las teorías de Kelsen o de Yunus o de Maquiavelo o de Marx.
¿Si salimos a los pueblos a los municipios olvidados por el progreso? O a los que son parte del progreso, pero de uno crudo y disparejo.
No nos vayamos tan lejos ¿y si salimos a la esquina? Esa esquina a la que estamos tan acostumbrados que ya no nos fijamos.
Si vemos la pobreza no como estadísticas macroeconómicas sino como realidades humanas.
Stalin decía en la Segunda Guerra Mundial(odio citar a Stalin pero tiene un punto): Un millón de rusos muertos son una estadística, un ruso muerto es una tragedia.
Y así la pobreza en México.
Los datos del INEGI y la CONEVAL a los que tanto aludimos, esterilizan el hedor de lo que la pobreza y la falta de oportunidades hacen en este país.
¿Y si callamos y salimos a la calle? Quizá ni siquiera sea necesario ahí preguntar nada o preguntar poco. Porque la respuesta del 2 de junio va a ser evidente.
Y si callamos. Y en silencio y en plena conciencia podemos entonces…
Separar el ruido de las nueces.
La teoría de la realidad.
El “debe ser” de el “es”.
Las verdades universales de las verdades mexicansas
Y entonces podemos empezar a hablar y a escribir y a twittear y a dar entrevistas por mayoreo.
Y entonces podemos empezar a diseñar el camino de lo que la oposición creemos debe ser Mexico y, mas importante, como se puede lograr en la realidad (NO como nos imaginamos en la fantasía) llegar ahi.
Hoy, la oposición Tenemos la opción de ser los vencidos o ser los que van a trabajar por México
La diferencia entre ser uno y otro está en que tan bien podamos hacer esa reflexión. Callados.
Pues ya somos lo que hacemos algo por México... callados estaría bien, seguir haciéndolo... mucho ruido pocas nueces
Tengo más de 12 años trabajando en el área de Alce Blanco, en Naucalpan. En estos años y supongo muchos atras, no se le ha metido "un dedo" a arreglar ni las banquetas, los árboles, toneladas de hilos de luz, tv, telefonía, etc., drenaje en pésimo estado, etc. Llamamos a las autoridades y como siempre: SILENCIO, NADA, BUENOS DESEOS, IMPOTENCIA TOTAL, Alce blanco, zona industrial, zona que paga impuestos y mantiene en buena forma las arcas del municipio. Presidentes van, pasan, roban y no hacen nada y lo peor de todo: NO HAY CONSECUENCIAS, y si no las hay pues no pasa nada, seguimos en lo mismo.