Por más antagónico que suene, en su esencia operativa y funcional el obradorismo (que, evidentemente, incluye a Sheinbaum) y el MAGA trumpista son uno y lo mismo. Operan de la misma manera.
Forma es fondo con ambos. Forma es modus vivendi.
El obradorismo no sería nada sin la retórica contra los conservadores y fifis (y los que se acumulan en la semana) y el MAGA no sería nada sin los bad hombres y mujeres de todos los colores que no sean wasp.
Ambos necesitan de la existencia (o la creación) de seres villano en el imaginario colectivo para envolverse sus capas de superhéroes salvadores y, así, poder sobrevivir y crecer.
Ambos sacan su mojo, la base de su discurso y la esencia de su plataforma política, de las historias de superhéroes y villanos. Indios y vaqueros, el correcaminos y el coyote. Las historias que, desde que el mundo es mundo, han dado legitimidad al héroe como defensor a ultranza de los derechos del pueblo sin requerir más justificación.
Y ambos tienen la suerte de ser el superhéroe ante la villanía del “otro” y viceversa. O tienen la suerte o la han creado. El villano es de quien lo trabaja.
Hoy la guerra de los aranceles provee a cada uno la existencia del villano perfecto para enardecer su discurso.
A falta de fuerza en su definición propia, es en el enemigo en el que encuentran su esencia y poder.
En medio de la guerra de aranceles (hoy sí, hoy no, hoy sí…), ambos gobiernos fortalecen la popularidad con sus bases, jugando este juego, sin importar darle en la madre a ambos países.
El convocar a una marcha pro unidad nacional el 9 de marzo es el perfecto ejemplo. No sirve de absolutamente nada en términos prácticos pero Sheinbaum se pone su capa de superheroína para envolverse en la bandera de la defensa del pueblo. Trump hace lo mismo en su juego con México.
Dice un dicho en inglés: play stupid games, win stupid prizes. Juega juegos estúpidos, gana premios estúpidos.
Así ambos líderes. Así su simbiosis. Se necesitan el uno al otro. Este juego de enfrentamientos (fatal para los países y sus ciudadanos) es lo que lo que necesitan, en lo personal, para fortalecerse. Son iguales. En este juego tanto Trump como Sheinbaum no conciben su poder sin la existencia de una antítesis. Se necesitan.
Los superhéroes no tienen razón de ser sin la existencia de sus villanos, no pueden operar sin un discurso de antagonismo.
En las palabras de Megamente (sí, el Megamente de caricatura), en un momento de crisis existencial: “Soy un superhéroe sin villano. Un ying sin yang. Un torero sin toro. En síntesis, no tengo propósito”.
Y así mantienen las negociaciones comerciales a medias para nunca cerrar la brecha y fortalecer su razón de ser. Claudia sin aceptar la responsabilidad del Estado ante el narco y Trump jugando a Pedrito y el lobo.
Este modus operandi no es un asunto menor, la lucha (retórica) entre ellos ha vuelto política de Estado y amenaza para permear no sólo las relaciones comerciales sino toda la política entre ambos países. Alimentar la existencia del malo para justificar su razón de ser y la fidelidad de su base.
Porque si me defino a través de mis enemigos y NO los hay, o han perdido su punch, pues hay que revivirlos o inventarlos o exagerar sus maldades o provocarlos. Alimentar el odio, el resentimiento y el miedo para él poder salir de las cenizas como el salvador.
Trump el loco narcisista, Sheinbaum la codependiente.
Ambos en una ruta en donde el fin (su popularidad) justifica los medios.
Porque en las películas se busca perpetuar a los enemigos para poder filmar una secuela muy taquillera, pero en la realidad este guión está destruyendo a los países.
Brillante !
Mi edad me ha ayudado a llegar a la conclusión de qué sí, quiero lograr algo, tengo que hacerlo por mí mismo, con mis decisiones, mis pasiones y mi consistencia y olvidarme de la política que a mí sólo ha contaminado mi mente, pero incluyamos en este análisis, no solamente a la política sino también a la publicidad o a la educación o a la iglesia y desde mi pequeño punto de opinión, creo que hemos coexistido con un mundo de superhéroe para todo aquel que quiera crecer ante la sociedad, muy complejo pero mi aportación es estemos o no, de acuerdo con los superhéroes o villanos, aportemos nuestro grano de arena hacia un mundo mejor entre comillas desde nuestro punto de vista. Saludos