Uno de los temas que mas me conflictúa en los últimos días (además de leer las noticias que son un terror diario) es la pregunta de si debo o no ir a marchar el 8 de marzo para conmemorar el Día Internacional de los Derechos de la Mujer.
No es una pregunta que sólo me hago yo, miles de mujeres judías en el mundo nos la estamos haciendo.
Y, a pesar de que puede parecer un hecho irrelevante para la causa femeinista (la ausencia de 1, 2, 1000 mujeres no hará ninguna diferencia) para mi y para muchas de las mujeres, sobre todo jóvenes, que conozco es un tema personal y doloroso.
He marchado en todas las marchas pro mujer desde que tengo memoria. Antes de que fuera la actividad de moda del 8 de marzo para aquellas que suben fotos a Instagram con hashtags mamones.
He marchado convencida y libre.
He marchado gritando fuerte por los derechos, por la igualdad, por la sororidad.
He marchado por todas y cada una de las mujeres desaparecidas y muertas, junto a sus madres destrozadas, porque sé que, en México, la tragedia de las mujeres es inconmesurable.
Hoy no sé si voy a marchar. Por coraje y por miedo.
Y sí, tengo sentimientos encontrados, contra el movimiento feministas
Más NO con la causa feminista, que avalo con todo mi corazón, mis brazos y mi alma.
Y sí, me duele la falta de sororidad con el silencio ante la violencia sexual perpetuada por Hamas.
Pero que alguien no sea sorora y empática conmigo no implica que yo no sea sorora o empática con ella. Para nada. La sororidad y empatía no son moneda de cambio (si me das, doy) son la manera en que estás educada (soy siempre a pesar de las circunstancias).
Y sí, tengo miedo. Lo único que me falta es que en un enfrentamiento entre mujeres propalestinas y judías las cosas se salgan de control. ¿Me da miedo que me agredan? NO, me sé defender perfectamente. Me da miedo el mensaje que eso mandaría.
Lo que más tengo es coraje.
Coraje contra las organizaciones pro palestinas que quieren aprovechar la marcha del 8M para hacer un statement sobre el conflicto Israel-Hamas.
Y conquistar las calles el 8M con su agenda.
Porque las calles el 8M son de TODAS las mujeres. No de ellas. No de una causa particular. Los gritos de son de todas las mujeres hacia las causas comunes de las mujeres. No de algunas en particular.
Y ojo, las mujeres a favor de la causa propalestina están en todo su derecho de serlo y de abogar por su agenda pero NO de imponer SU agenda en un evento tan simbólico e importante.
Me da coraje porque en el momento que ponen en primer plano la tragedia en Medio Oriente (que es, sin duda, trágica para ambos lados) minimizan la lucha, la causa y el dolor de las mujeres mexicanas. De los feminicidios, de la violencia sexual, de las desaparecidas. Que es la causa común que TODAS las mujeres en México, independientemente de religión y opiniones políticas, debemos compartir..
¿Quieren manifestarse en pro de Palestina? (Independientemente de que las marchas en Reforma no ayudan en nada a la realidad de la mujer palestina). Perfecto, tienen 364 días del año.
Escucho en mi mente el grito colectivo, que tanto gritamos en las marchas: “Mujer, escucha, esta es tu lucha” y me contesto:
“Secuestrar” el 8M para causas individuales es banal y egoista. Completamente en contra de lo que ES el movimiento feminista.
Sororo, compartido, trascendental, no ciego a la realidad del mundo pero sí ciego a las diferencias entre mujeres.
NO es un evento para manipular y minimizar la causa de la mujer a favor de la política e intereses personales o grupales, por más válidos que sean.
Es el día en que TODAS nos tenemos que sentir cómodas y seguras marchando. No sólo algunas.
Porque ESO es el movimiento feminista.
Cómo explicar la diferencia entre una cosa y el pretexto para involucrar un boicot donde no viene al caso? Creo que estas personas ni siquiera saben por qué protestan!!
Espero tu columna cada semana
Gracias por compartir ideas y sentimientos y gracias a mi prima q t compartió conmigo. Adelante!