Como si el horror pudiera ser más horrible. Ayer Hamas entregó, en franca ruptura de las reglas del cese al fuego y de cualquier principio básico de humanidad, el cuerpo de una mujer palestina en lugar del cuerpo de Shiri Bibas.
No fue una confusión o un error. Fue un hecho de terror consciente, planeado y ejecutado para crear el máximo nivel de guerra psicológica.
Y sí, el terror es por preguntarse dónde está el verdadero cuerpo de Shiri Bibas y el precio que ahora van a pedir por liberarlo. Sí el terror es por el sufrimiento de su familia. Sí el terror es por entender lo absolutamente enfermos, de la mente y del corazón, que están las personas de Hamas. Pero, para mi, el terrror está también por el cadaver de la mujer que fue entregado. Entregado como si fuera basura, como si fuera un peón de ajedrez que no vale nada con tal de defender a las otras piezas. Jaque mate de la muerte.
Sé que no me debería importar pero me importa. No quiero romantizar su vida. A lo mejor, ella era terrorista o sus hijos lo son, o que era, en este mundo de adjetivos binarios, mi “enemiga”. A lo mejor era una mujer que sólo vivía su vida y fue víctima de la guerra.
Haya sido quien haya sido, me horroriza pensar en ella. En lo que hicieron de ella.
Si cadaver empacado en un ataúd. Sin nombre. Tirado a la basura porque, me queda claro, no lo esperaban de regreso. Les daba lo mismo su destino.
La falta de respeto máxima. Monetizar a los muertos.
Una mujer que en vida, probablemente, haya sido víctima de la violencia de Hamas (seamos sinceros, no son un grupo conocido por su respeto a las mujeres) y que en su muerte la convirtieron en un panfleto desechable.
Y sí, muy probablemente haya muerto en un ataque israelí.
Sé que no me debe importar pero me importa. Me importa por ella y por lo que evidencia. Me importa porque, no importa cuan enojada esté yo estos días y cuánto piense que esta situación no tiene remedio, mi humanidad nunca va a llegar al nivel de que esto se me haga normal o un simple “daño colateral” la comercialización de cadáveres con fines de terrorismo.
En ese ataud, con un cuerpo falso, se evidenció una de las enormes diferencias entre Israel y Hamas. El respeto por la vida, aun cuando ya no hay vida. Israel dispuesto a intercambiar presos vivos para recuperar los cuerpos de sus ciudadanos asesinados versus Hamas martirizando a los vivos Y a los muertos para conseguir quien sabe que objetivo
Otra vez: en dónde están las feministas. Solapando con su silencio el desacramiento mas vil de una mujer. Feministas que le han dado a Hamas el salvoconducto de hacer lo que se le pegue su regalada gana con mujeres de todas las religiones. ¿Dónde están sus voces?
A diferencia de ustedes, yo, una mujer judía del otro lado del conflicto, lo digo en alto:
Tú, mujer palestina anónima, no sé que palabras dicen los musulmanes para despedir a sus muertos con dignidad. Te lo digo en hebreo porque es el idioma que sé y en el que encuentro consuelo: Baruj dayan haemet.
Yo ya llegué al límite. Que mente enferma bestial inhumana puede matar hacer una fiesta festejar y encima de todo el horror. Burlarse descaradamente porque ellos sabían perfectamente que en esa caja había alguien pero no SHIRI. Que torcidos y enfermos están. Cómo se puede hacer un trato con ellos y confiar? No, no se puede. Cortar la cola de a poquito duele más
Pobre papá. No hay palabras. Y ahora que viene? Dónde está SHIRI? Esa es la cuestión. Que van a pedir para soltarla.. Y pienso que Israel se tiene que poner muy cabron ahora, perdón la palabra. No es para menos
Excelente articulo Adina!! Con las lágrimas de todos los judios se puede crear un mar de tristeza!!