“¿Qué eres?”, me preguntan en una reunión de “intelectuales”.
“¿Qué soy de qué?”, genuinamente no entiendo qué me están preguntando ¿si soy homosapiens? ¿mi currículum profesional? ¿mi título de licenciatura? ¿mi preferencia sexual? ¿mi signo del zodiaco?
“¿Qué eres, mexicana O judía?”
La pregunta me confunde pero no me asombra.
No me sorprende. Es la pregunta más común que recibo, a veces con genuina curiosidad, a veces con genuina agresión, en todos mis ámbitos sociales; En redes sociales, en aplicaciones al trabajo, en reuniones, en entrevistas, con mis amigos no judíos.
¿Qué somos mexicanos/argentinos/australianos/estadounidenses (inserte aquí la nacionalidad propia) O judíos?
Es una pregunta que tarde o temprano, últimamente, dado el conflicto Israel-Hamas, más temprano que tarde, nos hacen a todos.
Pero en este caso, la pregunta sí me confunde. Me desconcierta Por el grado intelectual de quien hace la pregunta y de los que esperan mi respuesta. Nadie tiene menos de una maestría, todos son leídos y escribidos (un libro por piocha por lo menos), todos son “de mundo”.
Y no, no que las credenciales intelectuales aseguren nada, pero esperaba otra cosa.
Digo porque poder diferenciar entre nacionalidad y religión, es un tema de kinder.
“Soy ambas”, contesto, “Mexicana de corazón, judía de corazón, también. Uno es mi país y otra es mi religión”. Para mí es tan entendible y lógico que ni siquiera me causa confusión diferenciar entre las dos.
“Pero ¿qué eres primero?” Siguen con la línea de cuestionamiento. Esa pregunta nunca me la habían hecho y esa sí me sorprende.
Y, aquí, en este exacto momento entiendo, por primera vez en 50 años, de dónde viene la pregunta que tantísimas veces me han cuestionado.
¿Qué eres mexicana O judía?
No es cuestión de explicar la diferencia entre nacionalidad y religión*, esto es fácil de entender.
Pero, me cae el veinte, la pregunta no va por allá.
No es un tema de confundir religión con nacionalidad, es un tema de cuestionar fidelidades.
el preguntar qué eres, o qué eres PRIMERO, es poner en tela de juicio la fidelidad a la patria (sea lo que esto signifique o importe) de la persona judía.
De caer, consciente o inconscientemente en uno de los clichés antisemitas más antiguos de la historia: Los judíos son (somos) los otros, los ajenos, los extraños, los que no pertenecen; los que, en cualquier momento, van a traicionar al país. Los que, como cantaba Facundo Cabral, no son de aquí ni son de allá. Los judíos errantes.
A tale as old as time.
Porque a un musulmán francés, jamás le preguntan si es musulmán o si es francés. A un shintoista argentino, jamás le preguntan si es shintoista o argentino. A un católico en Japón, jamás le preguntan si es católico o japonés. O a un budista tibetano, nunca le preguntan si es mexicano o tibetano.
Queda claro que puedes ser musulmán Y francés, shintoísta Y argentino, católico Y japonés. Y que el creer en las enseñanzas del Dalai Lama no te hace ciudadano del Tibet, puedes perfectamente bien ser mexicano de hueso colorado.
Pero para el judío es O, O.
No Y,Y.
O,O.
Esta duda no es porque las gente no entienda EL judaísmo (¿a poco entienden el shintoísmo????) sino porque más importante que el entendimiento de lo real están los los clichés y perjuicios que rodean AL judaísmo.
O mexicano O judío.
Y esto se complica, aun más, por la muy confusión que existe, que también es de kinder, entre qué es ser judío y qué es ser israelí.
Israelí es quien vive en Israel No no todos los israelís son judíos. Más del 20% de la población israelí es, principalmente, musulmana o cristiana.
Judío es quien profesa la religión y cultura judía. No todos los judíos somos ciudadanos de Israel. Puede ser que algunos judíos (me incluyo) tengamos un sentimiento muy particular hacia Israel por lo que representa histórica, religiosa y socialmente para el judaísmo, pero no somos ciudadanos. No pagamos impuestos, no votamos en las elecciones.
La dificultad en entender esto no tiene que ver con la confusión de términos o, necesariamente, con dolo, sino con la existencia de prejuicios.
Tristemente.
Prejuicios de los que, ojalá, nos podamos deshacer.
Pero entrando en materia importante: A fin de cuentas ¿Qué soy, mexicana o judía? ¿Qué soy primero? Judía-Mexicana o Mexicana-Judía
Mis fidelidades son muy claras:
Depende lo que ese día se me antoje de desayunar. Chilaquiles, mexicana. Blintzes, judía….Así de sencilla la respuesta y pendeja la pregunta.
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Nota para explicar:
Religión: Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad.
Nacionalidad: Vínculo jurídico de una persona con un Estado, que le atribuye la condición de ciudadano.
Me encantan tus posts Adina, pero en este tengo una discrepancia
Todo el sionismo está basado en que los judíos son indígenas a la tierra de palestina/ israel, anteriormente llamada Judea. Somos judíos de religión pero también de nacionalidad. Entiendo que no somos ciudadanos de Israel ni pagamos impuestos, pero Israel tiene una ley de regreso abierta a todos los judíos, porque si somos originalmente de esa tierra.
Creo que la pregunta que te hacían es para saber a quien le eres más fiel. A México o a tus hermanos/origen en Israel.
Es una pregunta fuerte y complicada porque como lo explicas, somos las dos cosas, comemos falafel con salsa y kibbe con guacamole. Pero no es invalida.
Ah. Y perdón. Se me olvidó. Partiendo de la premisa UDS LOS JUDIOS MATARON A CRISTO.A MI ME LO HAN DICHO UNAS CUANTAS VECES.ES EL UDS.