Nunca me había caído el veinte que las dos mujeres públicas que más admiro, ambas, se llaman Ruth.
Fue hasta que leí la noticia de la muerte de Dr. Ruth Westheimer en mi computadora, que está junto a un muñequito de Ruth Bader Ginsburg que tengo en mi escritorio, que caí en cuenta.
Dos Ruths.
Una, Bader Ginsburg, quien fuera la jueza en la Suprema Corte de Estados Unidos que trajo al sistema judicial la causa feminista, a través de diferentes e importantes casos. Sabía que la lucha de la igualdad de género tenía que estar sustentada en la ley. Trajo a la mesa el tema de la equidad no como discurso, sino como ley. Como realidad sustentada.
La otra, Ruth Westheimer, aka Dr. Ruth, fue de las primeras sexólogas públicas, en Radio y Televisión. Su imagen, completamente contra corriente, una mujer vieja hablando de sexo, fue una bocanada inesperada. Rompió el tabú de hablar de sexo en público y dió la pauta para tener discusiones francas y abiertas, incluso chistosas. Puso en la conversación publica temas como masturbación, homosexualidad y acuerdos consensuados; temas que hoy parecen normales pero que, en su época, era impensable hablar de ellos.
Entendían, ambas, que el feminismo es verbo no sustantivo.
Indomables, ambas. Transgresoras, ambas. Expertas y vocales en temas que no eran “propios y tradicionales” para la mujer. Pero que ellas sabía eran fundamentales para la mujer y para la sociedad. Rebasaron a sus colegas. Sentaron precedente. Se volvieron iconos no sólo por ser de las primeras, sino por ser de las mejores.
Su éxito no fue fácil ni gratis ni fortuito, ganado a pulso a base de preparación y agallas. Su camino fue largo, y en contra corriente (que cómo les hubo de haber pesado); ninguna alcanzó la fama antes de los 50, después de muchos reveses tuvieron siempre la visión y la paciencia para seguir adelante.
Judías ambas. Abiertamente judías. Orgullosamente judías. Navegaron el mundo no a pesar de su judaísmo sino precisamente por él, por los valores y la convicción que sentó en ellas.
Amadas por hombres extraordinarios, ambas. Que me imagino no fueron relaciones perfectas pero sus parejas sentaron una vida familiar óptima para que volaran (en un mundo que era aún más complicada que hoy la dinámica de pareja).
Controvertidas ambas pero ¿qué mujer relevante no lo es?
“Esthet jail, mujer virtuosa, ¿quién la encontrará?” Dice un poema bíblico.
Evidentemente, el poema habla de otros valores (más antiguos) que se le asignaban a la mujer.
Para mi estas dos mujeres, estas dos Ruths, fueron, SON, la redefinición del término. Por ser relevantes, valientes, trabajadoras, ejemplo para mujeres y hombres, judíos y no.
Mujeres virtuosas, aquí están. Estas dos Ruths. Ambas.
Si les interesa aprender más de ellas, vean los documentales que se hicieron sobre cada una:
Ask Dr Ruth (sobre Ruth Westheimer)
RBG (sobre Bader Ginsburg)
Adina chula: Justo estaba pensando, después que vi un post de Notorious RBG en el Insta de L'Amargeitor, como vamos resonando con personas del mismo vibe. Gracias por presentarme a Dra. Ruth. A la otra Ruth le hice un altar en mi casa -una jaula viejita que conseguí en un mercado de pulgas, abierta la puertita de par en par, porque 'mi viejita chula', asi le digo, nos abrió la puerta a todas. Te abrazo
Casualmente Ruth westheimer murio hoy a la edad de 96 años en Nueva York
Grandes mujeres ! Gracias por traer a estas dos pioneras a nuestra atención