No hay segundos más eternos que aquellos que hay entre que tu hijo te dice “no te preocupes pero…” y te explica la razón por la que no te tienes que preocupar.
“Mamá- me marca mi hijo que estudia la universidad fuera México- no te preocupes pero (una eternidad) hubo una marcha propalestina hoy en la universidad y uno de los clubs (organizaciones estudiantiles) a los que pertenezco y estoy en la mesa directiva decidió promover y patrocinar la marcha.”
Los segundo entre que me dijo esto y pude contestar algo fueron aún más eternos.
No pude contestar nada.
Oír su coraje y su angustia. Su impotencia. El como me explicaba que les trató de explicar a sus compañeros del club por qué no era congruente ni correcto patrocinar un evento antisemita disfrazado de anti sionista. Cómo les explicó que él entiende que la situación es compleja pero que no justificaba usar la palabra genocidio ni marchar a su son. Como les trató de “negociar” que ahora, en pos de ser parejos, patrocinaran un evento para darle importancia al tema de los rehenes. Como les explico que le dio miedo ver la marcha desde la acera de enfrente.
Al final de su diatriba la respuesta que recibió fue “we don’t see what the problem is”. No entendemos a dónde está el problema.
Hijoles, “no entender donde está el problema” 4 meses después del inicio de las atrocidades (que están en todos los medios) demuestra una pendejez absoluta. No por apoyar la causa palestina (que se vale) sino por no entender que HAY un problema. Que el problema ES el problema. Más allá de Israel y Gaza HAY un problema para todos los judíos del mundo.
Lo que más me entristeció fue que todo esto me lo platicaba con tristeza pero NO con sorpresa. Como si hubiera sabido que eventualmente esto le iba a pasar.
¿Que hiciste, papi?, le pregunté guardando la calma de manera artificial. Nada peor para un adolescente que oír a una mamá histérica.
“Después de que me dijeron que no veian el problema, decidí renunciar al club. Les dije que, definitivamente, no compartimos los valores de inclusión y respeto a los demás, que podía entender la complejidad pero no la falta de razonamiento. Les dije que lo que para ellos es un evento social para mi es mi vida”.
Se me llenaron los ojos de lágrimas.
“Pero no te preocupes (otros segundos eternos) lo dije sin gritar, sin enojarme y sin perder el control (ese gen DEFINITIVAMENTE NO lo heredó de mi)”.
Jazak VeEmatz fuerte y valiente mi niño de 18.
Colgué el teléfono desolada.
Que pinche mundo les está tocando vivir a los jóvenes judios y el que les va a tocar vivir de hoy en adelante. Que pinche vivir en un mundo en donde no hay capacidad de diálogo porque el otro ni siquiera ve en donde está el problema. Ni quiere entender. Que pinche vivir en un mundo en donde el antisemitismo se está volviendo no la excepción sino la regla.
Después de secarme las lágrimas hice lo que toda buena madre judía haría, ordené un babka online para que se lo entregaran en su dormitorio.
Qué fuerte, Adina, pero puedes estar orgullosa de la respuesta de tu hijo. Renunció al club por su conciencia.
Muy cabrón!! Muy triste y obvio super preocupante!! Mi tío sobreviviente de la shoa decía..." Ein im mi ledaver" y literal...mundo idiota ciego, sordo y turbo antisemita!! Así nada más...por las ganas de serlo..sin lógica ni razón 🤷