(El presente artículo aplica a intelectuales que pretenden explicar cualquier conflicto vigente: Israel-Hamas, Judíos Sionistas-No Sionistas, Morena-Oposición, América-Chivas…)
Tenía yo un tío que fue uno de los genios más grandes del siglo 20. Físico Teórico, ganó, fuera del Premio Nobel, todos los demás premios mundiales que pudo haber ganado.
Una vez, habré tenido yo 12-13 años, husmeaba en la oficina de su casa y vi el Currículum que mi tío Mara entregaba como carta de presentación. En ese tiempo, pre internet, todo era por escrito, por correo o por fax. Tenía un bonche con varias copias.
Su CV tenía 5 renglones. Cinco.
El hombre era postdoctorado en Princeton, ganador del Premio Príncipe de Asturias, Miembro del Colegio Nacional, descubridor de fórmulas físicas que dieron pie a la ciencia nuclear y autor de cientos de artículos científicos. Y aun así, su CV era un párrafo minúsculo; mencionaba que era físico, su área de expertise y un par de referencias. Punto.
“Tío, ¿no le falta otra hoja?”
“No”
“¿Cómo?” Pregunté. A mi corta edad ya había entendido que en el mundo adulto el presumir títulos nobiliarios/educativos y mamonear con palabras rimbombantes, era la moneda que compraba el camino de la respetabilidad.
“Si tienes que presumir en papel lo que eres o lo que sabes, no eres nadie y no sabes nada.”
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Esta anécdota me retumba en la mente cuando leo tantas opiniones, tan “expertas”, tan dogmáticas y tan mamonas (a veces incluso violentas) expresadas en los periódicos y revistas, en los sitios en línea, en las redes sociales y en los grupos privados de Whatsapp.
En vez de un mundo de intelectuales, nos estamos volviendo un mundo de intelectualoides que creen que citar a Kirkegaard (o el filósofo de moda), escribir palabras domingueras, eximir teorías inentendibles (que, a veces me pregunto si ellos mismos entienden) y menospreciar el conocimiento de otro es la manera de tener la razón.
No importa de qué conflicto se hable, Morena vs Oposición, Israel Vs Hamas… ni de qué lado del bando se tome partido, cada vez las opiniones son menos intelectuales y más intelectualoides.
Me explico:
Intelectual (en mi entendimiento corto por que nunca he leído a Kirkegaard), es aquella persona que, a través del análisis y pensamiento crítico, genera ideas, plantea problemas y hace preguntas, con el fin de generar reflexión en los demás y un diálogo que lleve, con suerte, al algún cambio.
La primera parte, todo bien. Todos podemos ser intelectuales y colgarnos la medalla. Nadie es nadie para juzgar las opiniones, el análisis o el pensamiento crítico de nadie más. Puedes estar o no de acuerdo, pero es in-criticable.
Lo que diferencia entre los intelectuales de los intelectualoides es la manera en que este conocimiento es transmitido para generar cambio o reflexión en la gente. Sobre todo el diálogo con quien opina diferente.
Y ahí, forma es fondo.
Y ahí tuerce la marrana el rabo (no he leído a casi ningún filósofo pero qué tal mi lenguaje vernáculo mexicano).
María Montessori lo explicaba perfecto: Sólo en el momento en que el adulto le puede explicar un concepto a un niño, es que lo tiene claro.
Esto nos falta
Y, ojo, esto no implica tener posturas simplistas o binarias sino el poderlas entender tan bien que no necesitas complicarte para comunicarlas.
Si tienes que presumir en papel lo que eres o lo que sabes, no eres nadie y no sabes nada.
Haciendo un análisis de los intelectuales que hoy más admiro, a todos los podría entender un niño de primaria. No por la simplicidad de sus argumentos sino por la contundencia de sus ideas. Tienen el conocimiento y el valor de presentar un punto sin presumir su curriculum y sin menospreciar el nivel de conocimientos del lector. Escriben para que todos podamos entender y todos podamos opinar. ESO ES UN INTELECTUAL.
Y está el otro bando, los que se ufanan de si mismos y de su conocimiento de palabras domingueras y teorías de doble apellido. Se suben medio ladrillo de conocimiento y se marean. Y en su afán por demostrar su conocimiento critican/menosprecian la inteligencia de la otra persona. Esto no es exceso de inteligencia, sino incapacidad de conexión. Y con eso, incapacidad de generar acción. Y ESTO ES SER UN INTELECTUALOIDE.
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En muchos foros me preguntan a que gran periodista o analista emulo cuando escribo ¿De quién aprendí? ¿Quiénes son mis héroes a seguir? ¿Foreign Policy? ¿The Economist? ¿WSJ? ¿American Journal of You Are Very Smart?
A veces me da pena decir que mi formación no inició en las grandes esferas de la literatura o análisis político. Empecé desde niña leyendo Vanidades, Corin Tellado, Seventeen, Vanity Fair y Cosmopolitan… Basura rosa, quizá.
Después la vida me llevo por otros caminos y a otros conocimientos pero hoy agradezco tener esta base de en mi manera de escribir para poder conectar con la gente.
Puede ser que nadie me confunda con una intelectual y que nunca vaya a ganar ningún premio, pero JAMÁS me van a tachar de intelectualoide.
“Si tienes que presumir en papel lo que eres o lo que sabes, no eres nadie y no sabes nada.”
Gracias por esta refleccion, siempre he dicho que la gente que presume lo que es ya sea en conocimientos carreras o como dices los que se sienten intelectuales me repelen. la persona mas sencilla es la que vale por sus conocimientos y su humildad. Me encanta como escibes y como hablas y por eso la gente comun y corriente entiende lo que explicas y te admira aparte de tu coneccion con la gente mayor que queremos saber.
Tu tio si fue un gran intelectual, admirado por sus conocimientos y siempre super sencillo. GRACIAS POR COMPARTIR SIEMPRE.
Si. Se nota. También el tonito de superioridad/complejo. Es como con aquello del masoquismo sadismo. En el fondo todo masoquista es un sádico, toda víctima (ojo con la propaganda típica de "nos hicieron esto y lo otro de tus 'paisanos'". Pues así, en el fondo toda persona con el complejo de superioridad de tus paisanos es en realidad complejo de inferioridad. Por eso nos presumes que tu tío ganó no sé cuántas cosas y que era un premio Nóbel y que le corregía las formulas a Heisenberg. ¿Sabes por qué? porque como con los masoquistas que son sádicos en realidad y las víctimas que en realidad son victimarios, con la gente tan, pero tan arrogante como lo son tus "paisanos" hay en realidad un terrible complejo de inferioridad. Y a algunos genios, gracias a la haskalá y a que quisieron robarse la hermenéutica como si fuera suya les funcionó muy bien y, en efecto, crearon grandes cosas. Todos bien traumaditos eso sí. Pero bueno. supongo que ya me puse muy intelectualoide, pero en Wikipedia puedes comenzar con la entrada haskalá y ya después hablamos de por qué tanto odio (como dice Roudinesco en defensa de tus paisanos).