¿Por qué es esta noche tan diferente a todas las noches?, preguntaremos los judíos al iniciar Pesaj. Esta frase es el centro de la celebración.
Pero lo que la hace importante a esta noche no es que sea diferente, sino que es tan igual a todas las demás….A todas las celebraciones de Pesaj desde hace 3000 años.
Porque nos vamos a sentar los judíos del mundo, en nuestras mesas con nuestras familias, algunos con opiniones de derecha, otros con opiniones de izquierda, algunos religiosos, otros seculares, algunos que comen arroz, otros que comen papa.
Vamos a repetir el mismo rezo. Todos. No una alabanza a Di-s, como en el resto de las festividades. Vamos a repetir la historia de como nos hicimos un pueblo. De como pasamos de ser los israelitas individuales a ser el Pueblo de Israel.
Vamos a contar la misma historia como lo hemos hecho, en años buenos y en años malos, desde hace 3000 años. No porque no nos sepamos la trama, sino porque en la repetición encontramos la cohesión.
Y en la cohesión encontramos fuerza.
Y en la fuerza radica la permanencia del pueblo judío.
Y esta noche, tan igual a todas las demás, nos vamos a sentar en la mesa y veremos a los niños del año pasado convertidos en adolescentes, y a los adolescentes traer a sus nuevas parejas, y a las parejas convertidas en familias.
Y vamos a ver las sillas vacías. Con esas ausencias presentes. Y nos/no aguantaremos las lágrimas.
Y cenaremos demasiado y prometeremos (como lo hicimos el año anterior y uno antes y uno atrás) que el próximo año no vamos a comer tanto.
Y diremos, como desde hace 3000 años, ha shaná ha vaa be yerushalaim (el año que entra en Jerusalem), porque aunque estemos físicamente en nuestras casas en cualquier lugar del mundo, para los judíos Jerusalem es un estado mental.
Y le enseñaremos a nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos, no sólo sobre la salida de Egipto, también la responsabilidad que implica haber sido esclavos y hoy hombres y mujeres libres.
Y nos iremos a dormir esa noche, tan igual a todas las noches, recordando el orgullo de ser judío.
Un cabritico, un cabritico, Que me mercó mi padre por dos zuzim.
Y vino el gato Y comió al cabritico Que me mercó mi padre por dos zuzim
Y vino el perro, Y mordió al gato que comió al cabritico Que me mercó mi padre por dos zuzim
Y vino el palo que pegó al perro....
Y vino el fuego que quemó el palo....
Y vino el agua, que apagó el fuego.....
Y vino la vaca, que bebió el agua....
Y vino el Shojet, que degolló la vaca.....
Que degolló la vaca
Que bebió el agua
Que apagó el fuego
Que quemo al palo
Que pegó al perro
Que mordió al gato
Que comió al cabritico
Que me mercó mi padre por dos zuzim
Hag Sameaj!!!!!!!!!!
Jag Sameaj!!