Algunas veces el arte imita a la realidad otras, la realidad imita al arte. Pero, hay momentos en que la relación arte/realidad/arte no es ningún proceso de imitado/imitador. A veces el arte no imita sino propone. A veces el arte empuja los limites de la realidad y nos presenta una alternativa para hacernos abrir los ojos.
La ficción, decía Ralph Waldo Emerson, revela la verdad que la realidad esconde.
Citando lo obvio (algo evidente que se ha perdido entre la marabunta de críticas que ha generado), Emilia Perez no es un documental es una obra de ficción que empuja los límites de la realidad no para enseñarnos lo que ES, sino para hacernos conectar y pensar.
No es la primera obra de arte que lo hace, Picasso pintó el Guernica como una crítica a la guerra civil española sin que nadie pensara que la “picasiedad” de las caras en el lienzo menospreciara o fuera burla de la situación. La literatura sudamericana lo ha hecho muchas veces su hilo rector.
El cine, el séptimo arte, no es ajeno a esta desconstrucción-como-puente-de-reflexión. El Gran Dictador de Chaplin, La Vida es Bella, Jojo Rabbit (en donde Hitler es el compañero de juegos), Bastardos Sin Gloria o El Conde (en donde Pincochet es un vampiro), como un puñado de miles de ejemplos, cuentan historias terribles de una manera ficticia-pero-punzante que lleva a la reflexión.
Mientras el documental es la manera directa, masticada y a la boca, para ver el mundo desde la pantalla, la ficción, en sus diversos grados de “ficcionalización”, nos lleva por otro camino para entender otras cosas. Otras reflexiones. Otras conversaciones. Otras soluciones. No como un sustituto de la realidad sino como un complemento. Desafiar la percepción de la realidad para transmitir y cuestionar.
La ficción, sobre todo la que empuja los límites, es un hueso duro de roer pero, por eso, la manera de afilar el criterio.
Este es uno de los dos grandísimos aciertos de Emilia Perez.
La polémica que ha generado es justamente muestra de su valía.
El no haber pasado desapercibida por ninguna “corriente ideológica” (si es que existe ideología entre las críticas ya que la mayor parte de ellas han sido por gente que habla de ella después de ver 40 segundos en tik tok) demuestra justamente su importancia y el lugar que esta cinta va necesita tener, no solo en las salas de cine, sino en la conversación de las mesas familiares.
Si la película hubiera sido calificada sólo por el porcentaje de rotten tomatoes, el número de estrellas o el sentido de los pulgares, hubiera sido un despropósito.
Emilia Perez poner el dedo en la llaga de muchísimos problemas que hoy nos corroen. El narcotráfico y la violencia que genera, los desaparecidos, la transfobia, y sobre todo (y esto ya no es la película sino lo ocurrido en torno a la película) la incapacidad que tenemos como sociedad de dialogar temas puntiagudos y divisorios, todo se convierte en un linchamiento.
La película puede o no gustar (de eso más adelante) pero el tratar de discutir públicamente sobre ella es básicamente imposible sin salir sangrado. Lo mismo que pasa con todas las conversaciones sociales relevantes hoy en día.
Lo mas irónico de todo es que la mayor parte de críticas en torno a Emilia Perez no son reales ni apegadas a lo que realmente pasa en la película ¿Selena Gómez no tiene acento de mexicana? No, porque su personaje NO es de una mujer mexicana, es de una mujer hispano-americana.
¿Se banaliza el narco y se desprecia a los desaparecidos? Pocas veces he visto una película con escenas tan desgarradoras sobre la violencia y las madres buscadoras. Sí, aun con las canciones las escenas y el mensaje es aterrador.
¿Transfóbica? Al contrario. La manera en que se presenta el enorme reto social y costo personal de la transición es impecable y muy doloroso.
¿El director desconoce México y se burla de él? La película es un testamento del conocimiento y de amor de Audiard a México. A sus detalles. A su belleza. A convertir lo cotidiano en arte.
El segundo gran acierto de Emilia Pérez es la calidad que tiene como cine.
No es una película, es una experiencia temática, visual, estética, auditiva y de actuaciones. Sin duda atrevida y poco usual. Es una montaña rusa de emociones, escena tras escena, canción tras canción. De la risa a la sátira al shock al llanto a la violencia y de regreso. Una película que mucho después de haber salido de la sala sigues analizando, debatiendo y tarareando.
¿Por qué usar la música para transmitir el mensaje?… Por qué no. El uso del musical hace que la adrenalina del tema, de los temas, sean inyectados directamente al corazón.
A fin de cuentas, más allá de las canciones y de los bailes, de las críticas y debates. Cuando las luces de la sala se prenden y te quedas pasmado en tu asiento sin poderte mover del impacto, te das cuenta que Emilia Perez, es una película sobre algo mucho mas humano.
Es una película sobre mujeres. Sobre diferentes mujeres. Sobre nuestras decisiones ante las circunstancias (muchas veces cabronas) que enfrentamos y la fuerza que requerimos; sobre nuestras diferencias que, a veces, no son tan diferentes; sobre lo que es el amor a los hijos; sobre la sororidad entre nosotras; sobre los lazos que nos unen; sobre vencer el miedo y sobre nuestros errores y la posibilidad (o no) de redimirlos.
A Emilia Perez hay que verla no sólo para ser parte informada de las discusión sino porque es un espectáculo.
Disclaimer: Conozco a los distribuidores mexicanos de la película pero no recibí ninguna guía o remuneración por este texto.
Es un respiro poder leer una crítica más objetiva. Debo aceptar que no quería ver esta película, pero después de tu reseña, ahora TENGO que verla. Todo el mundo habla con únicamente el contexto que TikTok les dio. Cuánto daño nos estamos haciendo 🤦🏻♀️
Coincido con muchos puntos, pero no me parece que la crítica sea objetiva. Entiendo que es un post que intenta resaltar lo positivo, lo cual es loable. Hoy por hoy, hay dos lados de la crítica a Emilia Pérez, no hay punto medio. Saludos.