Depresión Conjugada en Primera Persona
Yo me deprimo... Tu te deprimes... Él/ella se deprimen...
Uno de las cosas que más me llamó la atención de mi artículo pasado, en donde de manera natural escribo sobre la relación con mi psiquiatra y mis retos de salud mental, fue la respuesta y las preguntas que tuve acerca, no del contenido del artículo, sino de que hablo de una manera tan abierta de que tengo un psiquiatra y tomo medicamentos para la depresión.
Así que interrumpo la programación habitual de este blog para hablar un poco de la salud mental, que es un tema que vive en el oscurantismo total aun en un mundo en donde la gente no piensa dos veces para mandar fotos desnudas en sus chats.
En mi casa HOY es un tema abierto. Mis hijos se refieren a mi psiquiatra por su primer nombre (Dile a xxxx que lo mandamos saludar), si un día me siento particularmente jodida lo digo abiertamente, mis medicinas (Altruline y Tasedan) las guardo en el botiquín familiar.
Pero me queda claro que en la mayor parte de las familias mexicanas (y judeo mexicanas) no es así. Ni se habla del tema, ni se diagnostica, ni se trata y, si se hace, es con pena o con silencio. Todos vivimos bajo el mandato de la perfección. Bullshit.
Dos datos:
1 de cada 5 personas sufre de depresión clínica. Así que si no conoces a nadie que sufra de depresión o de otra enfermedad de salud mental no es que no exista, es que no sabes.
La mayor causa de muerte de jóvenes (y una de las primeras en adultos) es el suicidio. En la comunidad escondemos la cifra argumentando que las causas fueron otras, caídas, enfermedades repentinas, accidentes… pero eso no cambia la realidad.
Si estos dos datos no nos instan a hablar del tema estamos muy mal.
Les platico mi historia.
Había una vez en el año del 2013 que tuve un año complicado. Diagnosticaron con cáncer a mis papás (a los dos), se murió mi abuelo, se murió un tío muy querido, dejé mi trabajo, tome pésimas decisiones en varios temas (pésimas) y un primo adorado se suicidó…
Me empecé a sentir mal. No dormía, no funcionaba. Sentía que en las noche me iba a dar un infarto. Me daban bochornos. Me daban ataques de taquicardia terribles. La cabeza la tenía a punto de explotar. La angustia al tope. Lloraba por todo. Los pensamientos que venían a mi mente en medio de la noche eran de horror. Me volví la persona más insoportable para convivir, sobre todo yo conmigo.
Lo primero que hice fue buscar a mi ginecólogo, pensé que era menopausia temprana. Me hicieron todos los análisis. Todo perfecto. Menopausia descartada
Después fui con el cardiólogo. Pensé que era una arritmia. Me hicieron todos los análisis. Todo perfecto. Arritmia descartada.
Me seguía sintiendo de la chingada.
Fui al médico general, al infectólogo (quizá era una bacteria), al inmunólogo (¿algo autoinmune?). Todo bien según la ciencia. Yo seguía sin dormir y sin vivir.
A ni un profesional de la salud (A NINGUNO) se le ocurrió sugerirme que lo que necesitaba era un psiquiatra.
¿Cómo podía Adina estar deprimida? Mujer, joven, de clase acomodada, alta, güera (en ese momento), con una bonita familia, “exitosa” en su trabajo… Imposible. La depresión es para los locos, los otros.
La verdad, a mi tampoco nunca se me ocurrió que podía ser un problema de salud mental ¿YO? ¿SuperAdina? Imposible. La depresión es para los débiles.
Me tomó un año encontrar a una terapista (literal la encontré por twitter) que me dijo: Te recibo en consulta pero, antes, necesitas encontrar un psiquiatra que te atienda y medique porque estás de la chingada (no me lo dijo con esas palabras, pero ese era el fondo).
Así fue como el Sr. Doctor entró a mi vida y me sigue medicando y atendiendo, en épocas más seguido, en épocas menos seguido, desde entonces.
Las cosas NO se solucionaron por arte de magia. Mi primera sesión con él fue en diciembre del 2014, para marzo del 2015 ya era yo otra persona.
Tengo altas y bajas. Mejores y peores épocas. Pero hoy ya las reconozco como lo que son y las atiendo. Las explico y me doy chance de sentirme mal y de entender que todo tiene solución. Ya hasta me rio del tema.
Hoy me queda claro que los eventos del 2013 sólo fueron el gatillo que desencadenaron todo. Siempre he sido una persona particularmente intensa, mi cerebro (para lo bueno y para lo malo) funciona diferente, mis conexiones cerebrales a veces son espectaculares, a veces se atoran.
La depresión es un poco como la diabetes. Hay gente que tiene pésimos habitos alimenticios y su páncreas aguanta todo. Hay a gente que se le acaba la insulina. Lo mismo con el cerebro.
Lo más irónico de mi recuperación fue enterarme de cuantas personas habían pasado/ estaban pasando por lo mismo. Pero en silencio.
Antes de empezar a trabajar con mi psiquiatra conocía a 1 persona con problemas de salud mental, y se suicidó.
No porque en mi vida sólo existiera una persona con problemas de salud mental, sino porque NADIE hablaba del tema. NADIE.
Como se pueden imaginar yo, básicamente, hablo de todo.
Cuando le fui a platicar a mi abuela que estaba en un proceso médico de depresión me dijo “ahhhhh tu abuelo tomo Prozac por años”.
Dos de mis tíos me confesaron estar medicados.
Varias personas, hoy me doy cuenta, deberían estar medicadas o por lo menos atendidas emocionalmente.
¿A NADIE SE LE OCURRIÓ ABRIR EL TEMA PARA PENSAR QUE PUDIERAN AYUDAR A LOS DEMÁS?
Si tienes cáncer le platicas a la gente de tu familia para que se alerten sobre la predisposición genética ¿Por qué con la depresión NO?
Escribo esto como mi historia personal. Cero valor médico o diagnóstico.
Lo escribo para apoyar a aquellos y aquellas que sienten que algo “no anda bien” a buscar ayuda en el tema de salud mental CON UN PROFESIONAL-
No con cuencos y chakras. No porque la medicina alternativa no sea válida sino porque la salud mental se tiene que tratar medicamente por un profesional. Si después lo quieren complementar con baños de hielo y temazcales curativos, adelante.
No todo mundo necesita medicarse, pero todo quien está deprimido o que sufre de problemas de salud mental NECESITA atenderse.
Es una responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros con nosotros mismos.
Ojalá y estás palabras los ayuden a saber que no están solos y a tomar esa decisión.
Me es muy interesante el tema, habiendo siendo hijo de un muy buen psiquiatra (asi se noto el dia que murio y muchisimos ex-pacientes vinieron a darle el ultimo adios a mi papa).
Siempre tuve ese rechazo a todo lo que tienen que ver con la psique, seguramente por el choque que tenia yo con mi papa y su forma de preguntarme como estaba (segun yo, fui su conejillo de indias): psiquiatras, psicologos, psicoterapeutas, psicoanalistas... casi casi me daba comezón cada vez que veia una foto de Sigmund Freud, Carl Jung, Jean Piaget y otros... Fue obviamente hasta tener un problema de pareja muy severo que mi hermana (psicologa de profesion) me sugirio ir a ver a un profesional... al principio tuve el mismo rechazo que antes pero ya viniendo de mi hermana y por otros motivos, acepte... fui con una psicoterapeuta que me saco casi casa de la caca en la que estaba en mi relacion matimonial... hoy en dia digo con muchisima seguridad y orgullo que fui con una profesional y que es indispensable tener a uno o una a la mano.... La cabeza, los pensamientos y toda la actividad (tanto buena como mala) que ocurre adentro de la materia gris, es necesario mantenerla como si fuera una planta que hay que regarla, quitarle las hojas secas, fertilizarla... etc etc etc.
Con mi admiración por traer este tema a la atención del mundo . Así se puede ayudar a más personas de no ir a los extremos como el suicidio . Bravo por ti