Tengo la maleta cerrada 72 horas antes de partir. Empaco siempre con mucho tiempo de antelación pero este es un nuevo record.
Esta vez no es porque sea muy ordenada y obsesiva (que lo soy) es porque estoy por emprender el viaje, quizá, más difícil que he hecho en mis 50 años de vida.
Tener la maleta cerrada me da paz.
O por lo menos, es un aviso a mi misma de que ya no me puedo rajar, ni cancelar.
A un mes de la matanza del 7 de octubre voy a Israel. País en guerra.
Nunca había tenido tanto miedo de hacer algo e, irónicamente, nunca había tenido tanta convicción de hacer algo.
¿A qué voy? El objetivo teórico es claro: me invitan a ver, a platicar con la gente, a brindar apoyo, a entender…
¿A qué voy? En el sentido amplio de la pregunta: No sé. Tratar de entender es inentendible. Quizá sólo quiero sentir que hay algo minúsculo que puedo hacer. No sé qué. No sé para qué.
El conflicto me avasalla por su complejidad. Me duele todo. La masacre de Hamas, las víctimas de la guerra en Palestina, el antisemitismo, los fake news, la falta de sentido común, la pérdida de empatía. La existencia de la maldad y la prevalencia del silencio cómplice.
Espero es los próximos días, estando allá, encontrar alguna respuesta y, sobre todo, encontrar alguna cosa que, por microscópica que sea, pueda yo hacer para mejorar algo, para cambiar algo en alguien, para comunicar. para generar conciencia y diálogo… Inentendible. Quizá inservible.
Pero, ya está cerrada la maleta.
Mis hijos piensan que estoy loca por irme a un país en guerra.
Mis amig@s me abren los ojos con incredulidad cuando les platico a donde voy.
Mis papas no van a dormir por una semana.
Sólo mi psiquiatra está completamente convencido que es un viaje que tengo que hacer.
(Ojalá puedan acompañarme en el blog de este viaje… y, si nadie me lee, pues escribiré para mí.)
Adina! No dejas de sorprender! Que encuentres respuesta, que toques corazones, que logres “entender” algo. Estoy ansiosa por leerte.
Pero sobre todo, que vayas y regreses con bien! ✨
KOL HAKAVOD. Ojalá y tuviera mejores palabras para decirte lo mucho que te admiro.
Que vayas y vengas con bien. Que tu granito de arena se convierta en una avalancha de mitzvot que toquen los corazones de miles. Este acto de valentía estoy segura que hara bien para muchos.
Te estoy leyendo atenta y acompañado cada momento. Cuidate. Te mando miles de besos