El único lugar del universo galáctico en donde hay “de dos sopas” es en casa de mis papás.
Lo que la ciencia marca como imposible (no se si es de la física cuántica o de la economía matemática), que existan dos opciones mutuamente posibles al mismo problema al mismo tiempo, ahí se hace posible.
Verán en casa de mis papás siempre hay de dos sopas. Literal. Por que a alguien siempre no le gusta alguna y mi mamá, en su eterna generosidad, siempre quiere que todos estemos contentos y satisfechos… no sólo con la sopa.
A mi no me gusta la sopa seca, entonces hace, también, una de verdura. A mi hermano el ajo de la sopa de garbanzo le cae pesado, entonces también hay sopa de hongos. Cuando mis hijos y mis sobrinos eran chicos las sopas sofisticadas los asustaban, entonces las acompañaba de sopa de fideos. A mi papá le gustan todas (muy adhoc a su ecuanimidad) y, a veces, se sirve un poco de cada una… Ni les digo que pasa cuando alguien no quiere de ninguna “¡Cómo!”, dice mi mamá, seguro pensando que la próxima vez tendrá que ajustar la combinación ideal de sopas para tenernos a todos felices y alimentados.
La única constante que he tenido en mi vida adulta es la comida de los sábados en casa de mis papás. Llueve, truene, relampaguee, ahí estamos sentados todos. De 3:30 hasta que cae la noche, come y come, plátique y plátique (a veces grite y grite). Platicamos de política, de familia, de idioteces, de los temas más serios y de los temas más mundanos. Los jóvenes les explican a mis papás que es la identidad de género y como funciona tik tok. Mi papá les explica como todo lo que ellos ven y leen ya lo escribieron los griegos.
Todos los sábados. Siempre con mis abuelas. A veces con invitados. Siempre juntos.
Siempre con dos sopas.
Es ahí en donde a mi me sigue encantando estar. “¿Qué no quieres venir a comer a un restaurante delicioso este sábado?”, me preguntan mis amigos. “No -les contesto como si la lógica fuera clara y evidente para todos- los sábados como en casa de mis papás”.
Es ahí en donde mis hijos han crecido y hoy, de adultos, no se la pierden por nada. En donde conviven como nadie con sus abuelos, sus tíos y sus primos. En donde han partido pasteles, presentado novios y remendado corazones rotos. Hoy que mis hijos ya no viven en mi casa siempre se despiden de mi “Nos vemos el sábado en casa de Aliza y Hilel.”
Es ahí en donde he ido con el pelo de todos los colores y en donde mi mamá siempre me dice que se ve precioso (me imagino que, a veces, se ha tenido que aguantar el susto).
Donde más risas echamos y donde peores pleitos hemos tenido (créanme cuando les digo PEORES). Pero, sin importar el desenlace de la semana anterior, siempre nos volvemos a presentar la semana siguiente. Para escoger entre las dos sopas.
Nunca les he agradecido a mis papas por la visión de haber implementado la obligatoriedad de la comida de los sábados. No es que sea obligatorio pero 100 generaciones de Jewish Guilt se me presentan las raras veces que anuncio mi ausencia a la comida de la próxima semana. Hoy esta comida es uno de los grandes regalos y las pocas certezas que tengo.
Tampoco les he agradecido la chinga logística que es organizar todo cada sábado, incluyendo las dos sopas.
Porque esas comidas son la base de lo que nos han enseñado: El sentido de pertenencia y la incondicionalidad. Si no sabes de donde vienes, no sabes ni quien eres, ni hacia a donde puedes llegar Y si tienes un lugar en donde siempre puedes regresar, pase lo que pase, tienes las armas para conquistar el mundo.
Así que sábado a sábado ahí estamos, todos. No por costumbre ni por obligación sino porque todos sabemos que ahí es donde pertenecemos… y porque sabemos que siempre hay alguna sopa que nos va a gustar.
(Gracias ma y pa, feliz aniversario)
Que afortunada!!! Solo de leerlo me dio una nostalgia agridulce de saber que yo ya no tengo esa posibilidad de comer en casa de mis papás. ¡Deseo que siempre tengas la disyuntiva de las dos sopas!
Muchas felicidades a tus Papas, me encanto tu comida de los sabados quw aqui conmigo es la misma historia, besos a toda la familia❤️