Decía Leon Tolstoi que todas las familias felices son iguales.
En todas, agregaría yo, hay ciertos apelativos de cariño muy particulares y singulares. Cada familia tiene los suyos. Palabras de amor y cariño al prójimo que salen naturalmente del alma y que son saludo y despedida y parte de la conversación afectiva que permea los buenos momentos. Palabras que son parte de la tradición familiar.
En algunas familias se usa el “querido o querida”, en otras el “mi amor”, en otras “cariño” “corazón” “mi vida” “guapa”.
Palabras, algunas en el diccionario, algunas hechizas que, con sólo nombrarlas, causan un efecto mágico de pertenencia. De ser querido en algún lugar. De ser querido en ESE lugar.
En mi familia Chelminsky es Chulo o Chula. Cada vez que nos llamamos con cariño, unos a los otros, o nos referimos a una persona querida le decimos Chulo o Chula.
Quisiera decir que es una palabra que ha sido usada en mi familia por decenas de generaciones. Pero no. Entró al vernáculo Chelminsky en el momento que mis abuelos y bisabuelos emigraron a México. Asumo que cuando hablaban ruso, polaco o Yidish se acariñaban de otra manera.
Cuando mis abuelos empezaron a hablar español adoptaron el Chulo. Una de las primeras cosas que los ancló a su nueva patria. Qué chulo es México.
Mis abuelos la usaban; mi papa y mis tías la usan; yo, mi hermano y mis primos que en nuestra juventud nos burlábamos enormemente de lo cliché y anticuada que era, hoy, siendo adultos, caemos repetidamente en su uso; y, asumo, un día mis hijos se van a dejar de burlar de mi por usarla y la empezarán a usar ellos también.
¿Cómo estás chulo? (el saludo común)
Se ve chulísima. (a cualquier mujer arreglada para una ocasión especial)
Que chulo es… (cualquier persona que se aparece repentinamente).
Mi chulo. (aplica para todo).
Puede ser usada como sustantivo o como adjetivo de valor y no siempre es precisa ni objetiva (puede ser que la persona realmente no sea chula) pero, es una forma de decir de demostrar amor.
Chulo me recuerda a mi abuela dándonos lenguas de gato a escondidas en su departamento de la colonia Condesa cuando mis papas decían que no podíamos comer ni un chocolate más. Miren lo que tengo para ustedes, mis chulos.
Chulas me recuerda a mi papá cuando se refiere con infinito amor a sus hermanas y cuenta alguna historia de la niñez compartida. Eran las más chulas de la cuadra.
Chulo me recuerda a mí mamá llamando a mi papá. Chulo, nos echamos un tequila.
Chulo me recuerda de dónde soy y de que soy querida en ese donde.
En los últimos años de su vida mi bobe (abuela) a todos los llamaba Chulo o Chula, con los ojos llenos de amor.
Un día, en algún raro momento de extrema lucidez, se volteó conmigo y me dijo: Adina, ¿Sabes por qué a todos les digo Chulo?
-No, bobe, por qué.
-Porque ya no me acuerdo como se llama nadie y si les digo Chulo todos se sienten queridos.
Chulo el que lo lea.
Al igual que tu bobe yo también les digo chulos a mis nietos y bisnietos cuando no recuerdo sus nombres.
Gracias Hermosa!, perdón, pero así decimos en casa.