Mi abuelo Jacobo, quien se escapó de Lituania en los años 20 y de quien una parte importante de su familia murió en el Holocausto, vivió toda su vida cauto del mundo no judío.
Funcionaba perfecto en México, patria que lo acogió, y jamás escondió ni un ápice de su judaísmo pero siempre vivió temeroso. Hay que irse con cuidado como judíos, nos decía a mi hermano y a mí, ustedes no lo entienden.
Ya, zeide, no exageres -le decíamos David y yo- el mundo ya cambió, el que no entiende eres tu.
Una semana después del ataque del 7 de octubre le escribí a mi hermano: Te tengo que confesar algo que me da vueltas en la cabeza: Que bueno que mi zeide ya se murió, esto lo hubiera destrozado.
He pensado exactamente lo mismo, me contestó David.
“Esto” siendo no sólo los ataques de horror en Israel sino el antisemitismo más violento que han vivido los judíos del mundo en dos generaciones.
1200 judíos masacrados por ser judíos. Violaciones tumultuarias a mujeres. Violencia sexual de un nivel de historia de terror. Niños decapitados. Calcinados. Secuestrados. Torturados.
Ataques violentos y destrucción de sinagogas.
Ráfagas a escuelas judías.
Golpizas en plena calle.
Manifestaciones pro-palestinas que se vuelven antijudías (la línea es bien delgada).
Gritos de extraños en la calle. Golpizas a judíos.
Pintas y lonas en las calles de todo el mundo.
Fake news ridículas.
Hordas pagadas de trolls que incitan a las masas virtuales.
Suásticas.
Judíos Asesinos.
Hitler tenía razón.
Los vamos a hacer jabón.
Kill the Jews.
Gas the Jews.
Rape their daughters.
Esto no es un muro de lamentaciones, es la realidad cotidiana de lo que vivimos hoy los judíos, en algunos países más en otros menos, a lo largo y ancho del mundo.
Mucha gente piensa que el sacar la tarjeta roja de “ANTISEMITISMO” en este momento es para desviar la atención de los errores o responsabilidades de gestión israelí en el tema de la guerra en Palestina. Gaslighting, que le llaman.
No va por ahí. Para nada. La crítica a Israel (siempre y cuando sea informada, veraz y lo más objetiva posible) es válida, necesaria y los mismos judíos la hacemos todos los días.
Pero la realidad documentada es que estamos viviendo la ola de antisemitismo mundial más fuerte en los últimos 80 años.
¿Coincidencia? Sabemos que no
Siempre que hay un conflicto entre Israel y sus vecinos árabes, los eventos antisemitas se multiplican por cientos. Más allá de las redes sociales, empiezan a aparecer en el mundo “real”.
Esto no pasa en ningún otro conflicto a nivel mundial
Jamás he visto que los problemas en Siria inciten pintas de “maten a los musulmanes” (Asaad es musulmán ¿no?), que asedien a iranís en la calle por la gestión de los ayatolas, que ante la guerra en Ucrania nadie se manifieste al grito de “Muerte a los rusos” o se queme un templo Hinduista cuando hay problemas entre India y Pakistán.
¿Qué hay en los problemas en Israel que incita este nivel de visceralidad ante los judíos del mundo? Judíos que pueden o no sentir una conexión con el Estado de Israel y que, sin lugar a dudas, tienen posturas muy diversas sobre el conflicto.
Tristemente la respuestas es antisemitismo. Me encantaría encontrar otra razón. La línea entre odiar al Estado Judío y odiar al judío es muy delgada.
El decir la palabra “antisemitismo” se ha vuelto políticamente incorrecto pero no ha desaparecido, en algunos grupos sigue vigente, en otros se ha vuelto mucho más sutil y esa sutilidad se vuelve terrible en tiempos de conflicto.
Me explico: El problema no es el antisemita expreso y confeso. A eso estamos acostumbrados: los que abiertamente o en su círculos privados odian a los judíos. No serán los primeros ni los últimos.
El problema hoy, son aquellos y aquellas (incluso con amigos judíos) que tienen nociones preconcebidas sobre lo que los judíos somos o dejamos de ser Y ESO es lo que la hace llegar a conclusiones automáticas y sesgadas sobre todos los conflictos que involucran a los judíos y al estado judío.
Y esas ideas preconcebidas los hacen caer en la manipulación de los medios y minimizar el problema o los hace callar cuando los judíos son atacados.
Todos los judíos son ricos… por lo que demuestran su avaricia por la tierra.
Los judíos se sienten el pueblo elegido… Por eso son los colonizadores de los palestinos.
Los judíos quieren conquistar el mundo… por eso no me preocupo por leer la más básica historia universal para aprender del conflicto.
Los judíos controlan los medios de comunicación… por eso manipulan las noticias de Gaza.
Existe una cofradía judía… Por eso los apoyan los líderes mundiales.
Los judíos mataron a Cristo (créanlo o no este es el mayor argumento que recibo en ataques privados)… entonces a quién no van a matar.
Tener nociones preconcebidas sobre cualquier persona o grupo de personas no sólo es falso e idiota, TAMBIEN ES UNA FORMA DE ODIO porque genera la indiferencia y el silencio que son elementos cómplices de las peores tragedias de la historia.
Tener nociones preconcebidas es la mejor manera para que la manipulación de masas y fake news crezcan como caldo de cultivo en la sociedad, virtual y real.
Y sí, damas y caballeros, feministas, lgbtq+, estudiantes progresistas, intelectuales en redes, dueños de la verdad universal y demás paladines del “no soy anti semita, soy antisionista”. EL SER ANTISIONISTA ES SER ANTISEMITA. Sorry a los que se escuden en el antisionismo como su defensa moral.
Léanlo bien: Ser antisionista es ser antisemita. El pueblo judío tiene histórica y legalmente el derecho de tener un estado judío en el lugar geográfico en donde es Israel. Y el negarle al pueblo judío este derecho es antisemitismo.
Podemos discutir, y acepto todas las opiniones y divergencias, los dolorosísimos efectos colaterales de la guerra, los errores políticos, los malos manejos, el tema de las fronteras, de los territorios anexados, de Jerusalem del oeste. Israel definitivamente no es un país impoluto (como ninguno).
Pero el grito de guerra (porque no es un hashtag coqueto, es un grito de guerra) “From the river to the sea, Palestine shall be free”, niega el derecho del pueblo judío a parte de su identidad y su columna de supervivencia.
Hoy levanto yo la voy en contra del antisemitismo porque es lo que a mí me duele y lo que hoy me toca vivir pero no es un tema sólo de judíos. El antisemitismo es el canario en la mina de la tolerancia que existe en una sociedad.
La misma lógica de nociones preconcebidas como antesala del odio/silencio les pega a las mamás latinas que quieren proteger a sus hijos del racismo en EUA, a las mamás de mujeres desaparecidas que se enfrentan el “es que se lo buscó”, a las mamás afroamericanas que quieren defender a sus hijos de la violencia policial, las mamás de jóvenes LGBTQ+ que presencian el odio que reciben sus hij@s por ser quienes son.
La pregunta judía es una pregunta universal sobre el entendimiento al otro, sobre la tolerancia al diferente, sobre el respeto, sobre las nociones preconcebidas que generan violencia, sobre la manipulación de masas y sobre la mayoría silenciosa que, en el voltear a otro lado, se vuelve cómplice.
Y esta es un tema que a TODOS nos debe de importar.
Tenías razón el Zeide Jacobo. Tenías razón.
Muy buen post. Mi hermana Janet Wapinski me mandó un post en instagram de Eitan Chitayat que me sacudió también - Shalom Motherfucker - #iamajew